“A todos los huéspedes que vienen al monasterio se les recibe como a Cristo porque él dirá: `Fui forastero y me hospedasteis´. A todos les darán el trato adecuado sobre todo a los hermanos en la fe y a los peregrinos.” (Regla de san Benito)
En Buenafuente, la ayuda que la Comunidad debe dar a los que vienen para buscar profundizaciones en su vida de oración o, incluso, buscar un sentido a su vida es un espacio de sencillez, paz, silencio, austeridad… como nuestra propia vida, que a su vez se ve enriquecida y gratificada al compartir la fe, la amistad, el cariño, ser depositaria de tanta confianza y respeto… Es admirable lo que el Señor puede hacer a través de mediaciones tan pobres si le dejamos hacer a Él. Dios sea bendito.
Madre María Romero, abadesa de Buenafuente
Tomado del libro No podemos callar, de Ángela C. Ionescu, editorial PPC