Mensaje de: Pedro Pablo. Edad: entre 51 y 60 años.

1993. Llegamos sin saber dónde íbamos. Sólo la fe nos alumbraba. Estábamos ayudando a personas a salir del mundo oscuro de las adicciones. En Cifuentes había un piso para pasar el síndrome de abstinencia y había ido varias veces. En el cruce aparecía la indicación: “Monasterio de Buenafuente”. Alejandro un chico de Vallecas con muchos kilómetros de fracasos; hijo de una familia disfuncional ingresó en Cifuentes y nosotros continuamos a Buenafuente. Una frase se repetía en mi corazón “Mi vida por la tuya”. Él se enfrentaba a una lucha desigual y Dios nos esperaba en las montañas. Una segunda navegación después de haber entregado la vida una vez. Qué difícil es elegir a Dios por Dios. ¿Cuál es el camino? Nos acompañó la lectura pausada del profeta Jeremías, que no dejaba de resonar entre los truenos: un pueblo que aprendió a vivir con su Dios en el exilio, cuando desaparecieron las señales (templo, ciudad, estado), pero sobre todo el salmo 115 del que salió esta bonita canción que nos ha acompañado desde entonces y os transcribo. Tenía fe aún cuando dije: ¡Qué desgraciado soy! Y los hombres son mentirosos. ¡Qué desgraciado soy! Traigo una herida bien abierta que no quise cerrar. Tan sólo tú me acompañas ¿Qué es lo que Él querrá? Mi vida por la tuya. Mi única verdad. Corramos pronto, hermana, que Él nos espera allá. Aquí habíamos estado antes: nos dicen al llegar Y no es del todo extraño. ¡Todo es tan familiar! El sonar de la campana me hace despertar No lo pensaré mañana, a tu lado quiero estar. Y EMPIEZA LA FUNCIÓN : Coloca bien esta piedra, este árbol un poquito más acá. ¡Qué no le falte la hiedra!, ni las gotas de rocío en el rosal Ahora esparce la niebla y el resplandor de las luces más allá. ¡Qué el agua de lluvia inunde este suelo reseco del solar! La luz del sol preparada está y las estrellas alumbran más LUCES, CÁMARAS, ACCIÓN, SE RUEDA… Mucho le cuesta a mi Señor la muerte de su fiel. Reconozco que he fallado y que te he sido infiel. ¡Cómo me duele la llaga que se ha abierto en mi piel! Te he abandonado Señor, tras otro amor fueron mis pies. No te escuchado Señor y me ha faltado la fe. ¿Cómo volveré a ti? Si nada apaga mi sed. Y todo es caos y terror antes de la creación. Tan sólo tu voluntad me devolverá la voz Hágase tu voluntad, no temo conmigo estás. Hazme muralla de bronce, que no se caiga jamás. Y EMPIEZA LA FUNCIÓN Me hiciste bajar el valle, saltando entre las zarzas me arañé. Y una bandada de aves, que vuelven a su casa me encontré. El arrollo engañoso se ocultó bajo la tierra otra vez Resurgirá de las piedras el agua que hace renacer mi ser. Padre a tu hijo ya le ves. Dame cobijo acéptame. LUCES, CÁMARAS, ACCIÓN, SE RUEDA… ¿Cómo le pagaré al Señor el bien que ha hecho en mi? Rompiste mi cadenas y haré lo que te prometí. Con un pacto bien compacto, que nace de la planta en su raíz. Las aguas de este gran río con su fuerza nos lo harán vivir. Mi vida por la tuya y no podré ser ya quien fui. Las huellas que tu has marcado, mañana me podrán servir. Preparado estoy para partir, pero volveré aquí. Mis aguas se han fundido en el caudal que me llevará a Ti. Saltemos de una vez la valla que no nos deja pasar Y bebamos y limpiemos lo que no nos deja caminar. Y EMPIEZA LA FUNCIÓN: Organicemos el tiempo, que no nos falte un momento de escuchar Se deshacen los entuertos, pues sólo Tú te sabes la verdad Construye Tú nuestra casa que estamos ya cansados de esperar Que Tu presencia sostenga la alianza sellada con tu paz Toda la mente y el corazón, todo en tus manos está Señor. LUCES, CÁMARAS, ACCIÓN, SE RUEDA…

Etiquetas Camino, Entrega,

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