“Es la Palabra de Dios la que suscita la fe, la alimenta, la regenera. Es la Palabra de Dios la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su lógica, que tan distinta es de la nuestra; es la Palabra de Dios la que renueva continuamente nuestras comunidades… ”

— Papa Francisco

Al principio, la gran resistencia al cristianismo fue la de los mismos judeo-cristianos, quienes fundados en sus tradiciones se opusieron a la predicación de Pablo y de Bernabé. Los apóstoles, ante la actitud impermeable de algunos judíos, decidieron anunciar el Evangelio a los gentiles.
No es una actitud del pasado. La resistencia que se percibe a las enseñanzas del Papa en algunos círculos católicos pone de manifiesto la actitud de quienes se obstinan en sus ideologías, buscando su vanagloria en vez de buscar la gloria de Dios.

La luz no puede ser escondida ni tapada, de lo contrario, se extinguiría. La luz es difusiva y alumbra a todos en la casa cuando se coloca sobre el candelero. Cada cristiano es luz; son sus obras las que brillan y resplandecen, atrayendo a aquellos que sufren en la oscuridad. “Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz”

La luz no puede ser escondida ni tapada, de lo contrario, se extinguiría. La luz es difusiva y alumbra a todos en la casa cuando se coloca sobre el candelero. Cada cristiano es luz; son sus obras las que brillan y resplandecen, atrayendo a aquellos que sufren en la oscuridad. “Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz”

TEXTO BÍBLICO “«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El…

El cristiano está aliado con la esperanza confiada, y sabe reinterpretar todo acontecimiento a la luz de la Palabra, como dice el texto revelado: “La palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba” (Act 12, 24). Es tiempo de Pascua, tiempo de alegría. Al que mataron, Dios lo resucitó de entre los muertos.

Hoy en día, necesitamos más testigos de la verdad en la que creemos. No se trata tanto de pronunciar grandes discursos, especialmente si tienen un tono moralista, sino de demostrar que la humanidad busca comprender su propia razón de ser. Todo ser humano tiene derecho a conocer el acontecimiento de Jesucristo.

Desde los albores del cristianismo, los discípulos, guiados por el Espíritu Santo, comprendieron que la noticia de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo era un acontecimiento para ser anunciado más allá de las fronteras de Jerusalén. Sin embargo, también hubo resistencia por parte de los judeo-cristianos, quienes veían la fe en Jesús como una adición a la religión judía.

Acércate al regazo del Buen Pastor y escucha su voz susurrándote al oído: “Yo soy el Buen Pastor. Doy mi vida por mis ovejas. La entrego libremente. Conozco a cada una de ellas.”

El Evangelio que se proclama este día pertenece al discurso del ‘Pan de vida’, en el cual Jesús anunció el misterio de su presencia en el sacramento de la Eucaristía. Ante esto, muchos de sus discípulos se escandalizaron y lo abandonaron. Debió ser una situación muy dramática para el Maestro, al ver la falta de acogida al núcleo de su enseñanza por parte de los discípulos.

La gracia puede más que la ideología. “Las cosas de Dios suceden de su mano”. “Dios da el pan a sus amigos mientras duermen”. El encuentro de Saulo con Jesús es el acontecimiento que describe la transformación posible de incrédulo a creyente, de perseguidor a apóstol.

Observamos el acompañamiento que brinda Felipe, el uso de las Escrituras para explicar el pasaje bíblico, la celebración del bautismo y, por último, la desaparición del diácono de la escena. Estos elementos son fundamentales en el ejercicio del acompañamiento espiritual: acompañar, iluminar con la Palabra, celebrar la fe y desaparecer, sin buscar protagonismo ni crear dependencia.

Cuando se interpretan los acontecimientos a partir del final, a menudo se descubre un sentido providencial, aunque en el momento de los hechos puedan ser percibidos de manera negativa, tal como sucede en el pasaje que hoy se nos propone meditar.