INVITACIÓN
Se nos ofrece un tiempo favorable, tiempo suficiente, cuarentena ascética para dominar la voluntad, crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios, volver a las manos divinas creadoras y comenzar de nuevo. Te ofrezco un breve diccionario cuaresmal.
AYUNO
El ayuno cristiano se refiere a la relación amorosa. No es solo abstinencia de comer, sino memoria de Quien nos amó hasta el extremo, Jesucristo.
CENIZA
Símbolo de nuestra fragilidad, producto de las hojas de olivo del Domingo de Ramos del año pasado. Retorno confiado a las manos del Creador que nos hizo del polvo del suelo.
CUARENTENA
Medida generacional. Tiempo para erradicar el virus del mal. Memoria del Éxodo.
DESIERTO
Lugar esencial donde percibir la voz en las entrañas. Se nos llama al desierto para escuchar la declaración de amor de Dios. Él susurra al corazón: “Tú eres mi amado”.
LIMOSNA
Antídoto contra el afán posesivo. Ejercicio de la solidaridad cristiana de compartir. Forma austera de vivir frente al consumismo. Testimonio de lo que es esencial.
MISERICORDIA
Experiencia entrañable de amor restaurador del que se renace constantemente gracias a la opción divina de preferir el perdón a la venganza.
ORACIÓN
Relación agradecida con Dios. Necesidad de amistad del creyente, quien se acredita al tiempo que trata con Aquel que sabe que le ama. Agua que reblandece el corazón de piedra.
RECONCILIACIÓN
Llamada restauradora a aceptarnos a nosotros mismos. Impulso de emular lo que Dios hace con nosotros. Sí Él nos perdona, no cabe que nosotros guardemos rencor a nadie.
TENTACIÓN
Ocasión propicia para consolidar la identidad creyente y para fortalecer la voluntad.