Nos proponemos compartir algunas claves que ayudan a comprender mejor la Biblia en un encuentro creyente con la Palabra de Dios.
INTRODUCCIÓN
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha vuelto sus ojos a las Sagradas Escrituras como mesa de la Palabra en la que el Pueblo de Dios debe alimentarse. La Constitución Dei Verbum marca un antes y un después tras la ruptura luterana. La exhortación postsinodal Verbum Domini, de Benedicto XVI, y el movimiento eclesial del acercamiento a la práctica de la Lectio Divina, que promueve el papa Francisco en la encíclica Evangelii Gaudium (152-153), recomiendan el conocimiento sapiencial de la Palabra de Dios. Las Sagradas Escrituras invitan a saborear los textos: «Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra». Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice: «Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel». Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor. Y me dicen: «Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos»” (Apc 10, 8-11).
PROPUESTA
¿Lees la Biblia? ¿Rezas con las Sagradas Escrituras?
