TEXTO BÍBLICO
“Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima” (Jn 1, 35-39).
COMENTARIO
Al inicio del Tiempo Ordinario, tanto en los días trascurridos de la semana, como este domingo, se
nos ofrecen pasajes evangélicos de llamada al discipulado. Hoy, el relato del Cuarto Evangelio nos propone considerar el encuentro de los discípulos del Bautista con Jesús gracias a su invitación. Gesto importante del Precursor, que no retiene consigo a los que eran sus discípulos, sino que les señala al verdadero Maestro.
Al caminar detrás de Jesús, Andrés y el otro discípulo se sorprendieron ante la pregunta que el Señor les hizo de pronto: “¿Qué buscáis?”. Ellos le respondieron: “Maestro, ¿dónde vives?” Quedamos sin saber el lugar exacto del encuentro, aunque el evangelista señala que se quedaron con Jesús aquel día. Esta falta de concreción del lugar, nos permite interpretar que, más allá del lugar geográfico, si fue en la casa, en el monte, en la ribera…, fue una profunda experiencia interior, que los convirtió en mensajeros difusores del mesianismo de Jesús.
El texto indica incluso la hora en la que los de Juan Bautista se encontraron con el Maestro, la hora décima. En Oriente coincide con la hora de la brisa, al caer la tarde, hacia las cuatro. Cuando hay una experiencia fuerte se graba en la memoria hasta la hora en la que se vivió el acontecimiento.
PROPUESTA
Recuerda momentos de tu vida especialmente significativos.
