Los ojos, el tacto y el gusto se equivocan ante el Sacramento.Solo la fe da crédito al Misterio de Cristo vivo en la Eucaristía.¡Ojos que no ven, mas siente el corazón!¡Manos que no palpa, y el cuerpo se estremece!
¡Oídos que no oyen, y el alma percibe la presencia!
¡Presencia creadora que recrea!
Mirada reflejada en quien la mira.
Memoria permanente del gesto transformante.
Gesto pascual de muerte y vida, pan roto y entero.
Silencio que permite el diálogo más íntimo.
Entrega generosa, expuesta a la intemperie.
Permanencia de por vida, mientras el mundo exista.
Poder dado a los hombres, que actúen obedientes.
Santo y seña de quienes siguen a Jesús como discípulos.
Puerto franco, donde desahogar el alma, sin mordidas.
Reconciliación de todo lo creado, rehecho bueno.
Banquete dispuesto para todos los hijos de los hombres.
Hogar abierto día y noche, en el desvelo y en las tareas.
Discreta relación en la que se siente el abrazo más íntimo.
Comunión con todos los invitados a las bodas.
Pan pródigo, multiplicado en las manos redentoras.
Anticipo del reino de los cielos.
Llamada a adorar, rendidos por un amor tan grande.
Vecindad con Cristo en nuestros pueblos.
Compañero de camino en nuestros viajes.
Dios mismo con nosotros hecho cosa.
Y Dios se extasía sobre el altar del mundo.
Cuando los trigales ofrecen el pan de flor de harina.
Y la materia adquiere la belleza primera.
Adoremos el Santísimo Sacramento.
Recibamos, dispuestos, su comida.
Testigos de hermandad identitaria.