TIEMPO DE GRACIA. La Iglesia ofrece entrañablemente el sacramento del perdón, y quien lo celebra gusta la gracia de Dios, experimenta la anchura de corazón, siente la paz interior, se libera de arrastrar el fardo pesado de la mala memoria. Tan solo hace falta reconocerse pecador.

JESÚS ES LA VERDAD. Frente a toda ideología, la revelación de Jesucristo es un ofrecimiento universal, más allá del origen de cada persona. En un momento solemne, Jesús le responde al apóstol Tomás: “Yo soy el camino y la verdad y la vida”

TIEMPO DE RECONOCER A JESUCRISTO. Cuando Jesús acudió a Betania, una vez que había muerto su amigo Lázaro, se encontró con Marta, su hermana. Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». «Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees esto? Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo». 

IV Jueves Cuaresma 2024

Desde el primer momento, Jesús se presenta proclamando el “año de gracia del Señor”. En Él se cumplen las profecías. Si en algo destaca la conducta del Nazareno, es precisamente en su actitud compasiva, misericordiosa, entrañable, sobre todo para quien se arrepiente de su pecado y reconoce humildemente su debilidad. María canta que Dios “enaltece a los humildes”.

El salmista valora la ley del Señor más que el oro: “Mi alegría es el camino de tus preceptos, más
que todas las riquezas. Más estimo yo la ley de tu boca que miles de monedas de oro y plata. La Cuaresma es tiempo propicio para la escucha de la Palabra, para discernir lo que Dios quiere para cada uno.

El Evangelio nos invita a ser tierra buena, labrada, humedecida, para que la semilla enraíce y dé fruto. “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.

Isaías 65,17-21; Salmo 29; Juan 4,43-54 “Mirad: voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocijaos, alegraos por…

Tiempo de saberse amado. “Domingo de la alegría”, no solo porque se ha cruzado el ecuador de los cuarenta días cuaresmales, sino por el reiterado anuncio de los profetas de que viene el Redentor del mundo, enviado por Dios, a salvar y no a condenar a la humanidad.

Jesús de Nazaret rompe los moldes y las formas acostumbradas que tenían los fariseos y escribas. San Lucas, en el corazón de su Evangelio, presenta tres parábolas para mostrar hasta qué punto Jesús revela el amor de Dios en las parábolas del “Buen Pastor”, “de la dracma perdida”, y la del “Hijo pródigo”: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.

En la Biblia el amor a Dios y al prójimo que pide el Mandamiento Principal es amor de ágape, desinteresado, amor de caridad. Nos dice san Bernardo que “el amor basta por sí solo. El amor no requiere otro motivo fuera de él mismo, ni tampoco ningún provecho; su fruto consiste en su misma práctica”.

Página 7 de 80 1 5 6 7 8 9 80

© Buenafuente del Sistal 2024   |   Aviso Legal

Síguenos en Youtube:        Instala nuestra App: