Jeremías 11,18-20; Salmo 7; Juan 7,40-53
TEXTO BÍBLICO
“Los guardias respondieron: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Los fariseos les replicaron: «¿También vosotros os habéis dejado embaucar? Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?». Ellos le replicaron: «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas» (Jn 7,46-52).
TIEMPO DE SUPERAR TODA IDEOLOGÍA
Nuestra sociedad se ve asolada por las ideologías imperantes. En el texto evangélico se denuncia hasta qué extremo se vuelve refractarios a los que son víctimas de ideologías, a esas personas que por el origen étnico o por su estrato social se les descalifica y se les quita toda posibilidad de autoridad. Es un mal que acecha a la sociedad y a la Iglesia: “Cuando un instituto se reformula del carisma en la ideología pierde su identidad, pierde su fecundidad” (Francisco, 18 de mayo 2021).
JESÚS ES LA VERDAD
Frente a toda ideología, la revelación de Jesucristo es un ofrecimiento universal, más allá del origen de cada persona. En un momento solemne, Jesús le responde al apóstol Tomás: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6). Y el mandamiento que reciben los apóstoles es: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,18-19). En el relato de la Pasión se describe el proceso contra Jesús, en el que las autoridades vierten sus acusaciones de blasfemo, e impostor y Él da el mayor testimonio de la verdad ante Pilato: “Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz»” (Jn 18,37).
PROPUESTA
“Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas” (Hbr 13,7-9).