Estas han sido las últimas palabras de Benedicto XVI, un hombre de Dios.
Con recuerdo agradecido, nos encomendamos a quienes nos han precedido en la fe.
Estas han sido las últimas palabras de Benedicto XVI, un hombre de Dios.
Con recuerdo agradecido, nos encomendamos a quienes nos han precedido en la fe.
Solo hace falta oír el corazón, más adentro que el pálpito o latido, escuchar la atracción de la paz, y seguir tras los pasos más gozosos.
Poesía, Ángel Moreno. Ser pródigo y atento en la escucha, hasta samaritano si es preciso
Volvamos al amor fundante, a la matriz del suelo, a la naturaleza, a su ritmo y a sus inviernos, a las flores del manzano, al estío cosechero. Volvamos a los colores, al berreo de los ciervos.
Oración. Y siguen las horas y los días, con la cita al caer la tarde. Es la hora de la brisa remecida de la mirada oculta en las entrañas.
Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón San…
¡Señora del Sistal, Madre de Dios, Santa María de Buenafuente! Cada día te invocamos juntos…
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que…