Los primos san Juan Bautista y Jesus

Manana de san JuanQuise detener la luz amanecida,

apresar la brisa al alba,

tomar el rocío entre las manos.

Y el sol se impuso.

El viento amainó,

Se evaporó el brillo de las hojas.

El intento de poseer fue baldío

Huyó el alba, y la belleza de la hora.

Tomó su señorío el día

y tuve que retornar vacío a casa.

Ya a resguardo del calor intenso,

se me impuso una voz en las entrañas.

Por qué buscas fuera lo que llevas dentro.

Por qué anhelar el soto y el recreo,

la fuente y el frescor de la mañana,

la brisa y la presencia remecida.

¡Tú eres luz! ¡Tú eres brisa!

En ti nace el manantial,

el brillo intenso de la historia.

No mendigues la abundancia.

Sólo entra más adentro,

escucha la paz y su susurro.

Serena el deseo inquieto.

Y celebra el hallazgo, ya sin tiempo.

La razón me dicta coherencia,

Mas no por ello llega el sentimiento.

Tendré que esperar en el desierto,

A que fluya el amor sobrecogido.

AutorMeditación

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