La Iglesia nos insta a permanecer atentos a los signos de los tiempos, ya que en ellos también se revela la voluntad de Dios. Solo Dios es Dios, y Jesucristo es el único Señor. Aferrarse a las tradiciones puede convertirse en una forma de idolatría.

Si vives horas oscuras, si sientes que arrecia la prueba, si te acosan circunstancias adversas, si compartes la suerte de los que son marginados, si crees que ya no tiene remedio tu situación… Espera, da crédito a la Palabra: “A medianoche se abrieron las puertas de la prisión”

Recordemos siempre que la verdadera grandeza reside en la humildad y en la entrega desinteresada al servicio de los demás. Los que entregan su vida en servicio a los demás, a la manera del Maestro, serán los señores; los humildes serán enaltecidos; los que arriesgan la vida por el Evangelio, la ganan.

Necesitamos testigos, o como decía Santa Teresa de Jesús: “En estos tiempos son menester amigos fuertes de Dios para sustentar los flacos”. Permanece la enseñanza de san Pablo VI: “hay que subrayar esto: para la Iglesia el primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana, entregada a Dios en una comunión que nada debe interrumpir y a la vez consagrada igualmente al prójimo con un celo sin límites.

Al principio, la gran resistencia al cristianismo fue la de los mismos judeo-cristianos, quienes fundados en sus tradiciones se opusieron a la predicación de Pablo y de Bernabé. Los apóstoles, ante la actitud impermeable de algunos judíos, decidieron anunciar el Evangelio a los gentiles.
No es una actitud del pasado. La resistencia que se percibe a las enseñanzas del Papa en algunos círculos católicos pone de manifiesto la actitud de quienes se obstinan en sus ideologías, buscando su vanagloria en vez de buscar la gloria de Dios.

La luz no puede ser escondida ni tapada, de lo contrario, se extinguiría. La luz es difusiva y alumbra a todos en la casa cuando se coloca sobre el candelero. Cada cristiano es luz; son sus obras las que brillan y resplandecen, atrayendo a aquellos que sufren en la oscuridad. “Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz”

La luz no puede ser escondida ni tapada, de lo contrario, se extinguiría. La luz es difusiva y alumbra a todos en la casa cuando se coloca sobre el candelero. Cada cristiano es luz; son sus obras las que brillan y resplandecen, atrayendo a aquellos que sufren en la oscuridad. “Creed en la luz, para que seáis hijos de la luz”

TEXTO BÍBLICO “«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los…

El cristiano está aliado con la esperanza confiada, y sabe reinterpretar todo acontecimiento a la luz de la Palabra, como dice el texto revelado: “La palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba” (Act 12, 24). Es tiempo de Pascua, tiempo de alegría. Al que mataron, Dios lo resucitó de entre los muertos.

Hoy en día, necesitamos más testigos de la verdad en la que creemos. No se trata tanto de pronunciar grandes discursos, especialmente si tienen un tono moralista, sino de demostrar que la humanidad busca comprender su propia razón de ser. Todo ser humano tiene derecho a conocer el acontecimiento de Jesucristo.

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