TEXTO BÍBLICO
«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus secuaces. En el caso presente, os digo: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios». (Act 5, 35-39)
COMENTARIO
Gamaliel nos ofrece hoy un argumento contundente para el discernimiento. Cuando algo es solo fruto del empeño humano, más pronto o más tarde, perece. Cuando algo es de Dios, Él lo sostiene, aunque parezca algo débil.
La confianza de los que actúan según Dios, se demuestra en el abandono confiado en sus manos. Se fían de Él, y aunque los datos puedan dictaminar un final lógico, cabe experimentar lo que dice el apóstol Pablo: “Por eso vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2Cor 12, 10)
Hoy necesitamos testigos esperanzados, confiados, abandonados en las manos de Dios y arriesgados, creyentes en la Providencia divina.
PROPUESTA
¿Te fías de Dios?
