BrindisEn mi metro cuadrado he sentido el mundo.
En mi confinamiento, el universo.
Me hice ofrenda anónima por todos,
y percibí lo bien que hacen los otros.

En mi metro cuadrado sentí el silencio,
que se hizo compañero en las entrañas,
ahí dentro escuché mi ser,
resonancia de todos los clamores.

En mi metro cuadrado me hice oración,
catalicé los ruegos de los muchos,
que viven con más vértigo su suerte,
y sentí la vocación más solidaria.

En mi metro cuadrado supe cómo
vivir cada día en su presente,
y cómo el orden salva de desidia,
dando paso a cada hora sin agobio.

En mi metro cuadrado sentí al amigo,
la voz y la palabra, el gesto alargado
en la distancia, y me hice sensible
al afecto humano y al amor divino.

Tejí poemas, brindé con ellos.
Sé que escribir también salva del tedio.
Hoy, vaya este brindis, final de mi desierto,
por todos los que sufren asedio persistente.

AutorMeditación

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