TEXTO BÍBLICO
“Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y alerces, para que vean y sepan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado” (Is 41, 19-20).
COMENTARIO
Durante el tiempo litúrgico de Adviento, las lecturas que nos acompañan en la celebración de la Eucaristía nos ofrecen, como en ningún otro momento, imágenes de esperanza. Las profecías bíblicas no solo nos remiten a los acontecimientos mesiánicos ya cumplidos, sino que también podemos aplicarlas a nuestros días, en los que no siempre nos acompaña la esperanza.
Una de las imágenes proféticas es el desierto convertido en vergel, el yermo en jardín: “Derramaré agua sobre el suelo sediento, arroyos en el páramo; derramaré mi espíritu sobre tu estirpe y mi bendición sobre tus vástagos. Brotarán como en un prado, como sauces a la orilla de los ríos” (Is 44, 3-4).
La raíz del tronco de Jesé florecido se convierte en la mejor alegoría de este tiempo: “Pero brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Lo inspirará el temor del Señor” (Is 11, 1-3).
Estas resonancias las viviremos como ofrenda sobre el altar con el esqueje de una rama de árbol o arbusto de hoja perenne. En las iglesias alemanas, los presbiterios se convierten en verdaderos bosques de abetos y cedros. En los hogares, junto al belén, se adorna el árbol de Navidad, que todo sea augurio de novedad y vida.
El boj, el laurel, el romero, el olivo, el aligustre, el ciprés, el pino, el abeto, el cedro, el tomillo, la gayuba, la hiedra, la encina, la arizónica, el acebo, el crataegus, la sabina, el enebro, el durillo, la salvia de Jerusalén…, serán ofrenda sobre el altar para significar la esperanza permanente, sostenida por la Palabra de Dios: “Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, y el vergel parecerá un bosque. Aquel día oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel” (Is 29, 17-19).
Es buena ocasión de guardar, cultivar, conservar, respetar, acrecentar la “casa común”
PROPUESTA
Adorna tu casa con algo que te llame a la esperanza
