TEXTO EVANGÉLICO
«Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, los desatáis y me los traéis. «Decid a la hija de Sión: “Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en una borrica, en un pollino, hijo de acémila”». La multitud alfombró el camino con sus mantos. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (Mt 21, 2-5. 8-9)
DÉCIMA ESTACIÓN DEL VIA CRUCIS: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
“Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica, la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. Luego enviaron la túnica con mangas a su padre con este recado: «Esto hemos encontrado, mira a ver si es la túnica de tu hijo o no». Él la reconoció y exclamó: «Es la túnica de mi hijo; una bestia lo ha devorado. Sin duda, José ha sido despedazado». (Gn 37, 23-24. 31-33)
“Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la rasguemos, sino echémosla a suerte, a ver a quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica».” (Jn 19, 23-24)
CONSIDERACIÓN
Hay muchas formas de desnudar a una persona y de humillarla. Quitar la fama a alguien es como matarlo. Jesús muere para evitar la nuestra.
A costa del despojo del Primogénito somos revestidos los segundones de la dignidad de hijos de Dios. El Creador revistió la desnudez de Adán y Eva, para salvarlos de su vergüenza y devolverles la dignidad.
La túnica que heredamos de Jesús es la naturaleza humana, gracias a que Jesús tomó nuestra carne, la muerte de Cristo nos redime de nuestra desnudez y nos devuelve la dignidad de ser sacerdotes, profetas y reyes.
PREGUNTA
¿Cómo vives los momentos en los que te ves desestimado?