EVANGELIO
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará» (Mt 20, 18-19).
SANTOS PADRES
“… por las cosas secundarias lo llamaba a las cosas principales, es decir: por las cosas figuradas lo conducía a las verdaderas, por las cosas temporales lo conducía a las eternas, por las cosas carnales lo conducía a las espirituales, por las cosas terrenales lo conducía a las celestiales; como le fue dicho a Moisés: Te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña.” (San Ireneo)
CONSIDERACIONES
Jesús nos invita a subir con Él a Jerusalén, al Monte Sión. Él va delante, nos precede y nos muestra la forma de ascender, fiados de Dios.
El Maestro adelanta el Misterio Pascual para que en la dureza de la Pasión no perdamos la perspectiva luminosa.
Se puede ascender por empeño, por ejercicio de voluntad, de manera ascética, pero la manera mejor de hacerlo es de forma creyente y por amor.
PROPUESTA
¡Vamos a Jerusalén, subamos con Jesús al monte!