Amigo
La naturaleza te espera
para aliviarte de tu trabajo.
Si caminas, escucha tus pasos,
observa tu sombra que se alarga
y gustarás el acompañamiento
más íntimo y consciente.
Agradece la brisa, el viento suave,
el agua refrescante, el azul del cielo.
No avances los días sin mirada
a lo que permanece y te espera:
El camino jubilar, el rostro amigo,
el abrazo y la fiesta de familia.
Cabe que gustes el paisaje agreste,
la montaña blanca o el arenal.
No pierdas la ocasión de escuchar
el gemido interno, la moción de paz,
la soledad sonora y anchurosa.
Atrévete a rezar aunque sea un poco.
Lee, descansa, déjate querer.
Oye el murmullo de las olas,
y quizá el bramido del mar.
Contempla, calla, admira,
Observa, cada instante encierra
el posible beso invisible del Amor más grande.