ALMUERZO DE PASCUA
Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos (Jn 21, 12-14).
COMENTARIO
Nos resuena el pasaje del Evangelio de san Lucas, cuando los dos discípulos de Emaús reconocieron al Señor “al partir el pan”. El Cuarto Evangelio culmina sus relatos con la referencia al gesto clave que el Señor ha dejado como señal cristiana, partir el pan y repartirlo.
En la crónica de los Hechos de los Apóstoles se describe cómo las primeras comunidades se reunían para celebrar la Eucaristía: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Act 2, 42).
Por la acción del Espíritu Santo y las palabras del sacerdote en comunión con la Iglesia, el pan y el vino que se presentan en el altar, se convierten en Cuerpo y Sangre del Señor. Así se prolonga la ofrenda de Cristo, el Misterio de su muerte y resurrección, sacramento con el que celebrar la acción que Él mandó prolongar a sus discípulos.
PROPUESTA
¿Participas con fe en la Eucaristía?
ORACIÓN
¡Ven, Espíritu Santo, y entréganos el Don de Consejo!
