Proceso17 1 2022Ya fue la sementera en tierra labrada.

El campo recibió la semilla,

el hielo arrecia, y la sequía.

El labrador espera paciente el tempero,

a que se abra el cielo en lluvia temprana,

Y acuda providente la tardía.

Los terrenos verdean la semilla

esparcida, y la paciencia ayuda

a confiar en el proceso de la naturaleza.

La Palabra penetra las entrañas,

y exige el tiempo sin medida,

a que brote por su fuerza la obediencia.

El campesino mientras duerme,

su ofrenda germina generosa,

superado el hielo y el invierno.

Nada se pierde en el corazón creyente.

Sin saber cómo, la escucha atenta

produce fecundas resonancias.

Y al igual que la simiente,

hecha espiga sazonada,

granada y madura, alegra al sembrador.

El fruto de la Palabra remece

el corazón de paz y de alegría,

y confirma que no fue inútil la esperanza.

Si el frío entumece el ánimo,

si el desierto deja sentir su vértigo,

y si todo parece yermo, sin efectos.

Solo conviene la espera y la plegaria.

Un día, sin previo aviso, luminosa

brotará la flor en primavera.

AutorMeditación

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