TEXTO BÍBLICO
“Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente»” (Jn 20, 24-25).
CONSIDERACIÓN
La fe es experiencia histórica, afecta a la persona, implica la corporeidad, los sentidos interiores se convierten en notarios del acontecimiento.
ORACIÓN
“El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel; él sana los corazones destrozados, venda sus heridas” (Sal 146, 2).
PROPUESTA
¿Puedes acreditar tu fe por alguna experiencia consoladora?