TEXTO BÍBLICO
“Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras.” (Jn 14, 5-10)
COMENTARIO
La Liturgia nos ofrece celebrar la memoria de dos de los discípulos de Jesús. A lo largo del año se suceden las fiestas de los apóstoles, como si la Iglesia quisiera que no perdiéramos la referencia a los primeros testigos, de ahí que incluso los celebremos en algunos casos de dos en dos: San Pedro y san Pablo; San Simón y san Judas, san Felipe y Santiago, para reafirmar que su testimonio tiene la garantía de dos testigos. Ellos nos expresan el proceso que debemos seguir en el conocimiento de Dios a través de Jesús.
IMAGEN: LOS DOS TESTIGOS
Para acreditar una verdad se deben investigar las fuentes, y si se obtienen varios conductos de información concurrente se asegura mucho más la certeza de lo que se afirma. Jesús acredita su mensaje en que habla en nombre de su Padre, y además apela a las obras. Jesús no habla por cuenta propia, no se inventa el mensaje, habla de lo que ha oído a su Padre, y su testimonio es verdadero, porque hay quien lo defiende. A través de Jesús es como podemos conocer a Dios.
PROPUESTA
¿Puedes dar razón de tus afirmaciones con un testimonio auténtico?