TEXTO BÍBLICO
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche “Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».” (Jn 3, 1-2.17-21)
COMENTARIO
La liturgia de la Palabra retoma la proclamación del Cuarto Evangelio, texto especialmente pascual. Y nos presenta el diálogo de Jesús con Nicodemo, de noche. El Maestro habla de la luz. Para los cristianos la luz es la Pascua, la resurrección de Jesús, Cristo vivo. La noche ya no tiene dominio sobre Él, sino que se convierte en tiempo de salvación. La luz es la fe, el don de ver, de trascender la realidad. La ley y la fe se confrontan en el diálogo, como tantas veces lo hace la razón y el amor. “De noche iremos, de noche, que para encontrar la fuente solo la sed nos alumbra” (L. Rosales)
IMAGEN: LA NOCHE
Para hablar del misterio se emplean imágenes que tienen a veces sentidos contrapuestos. El fuego puede arrasar, pero también puede calentar. La luz puede cegar, pero también alumbrar. La noche puede significar el tiempo difícil, pero también el tiempo del amor. El pregón pascual proclama: “Oh noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, la tierra con el cielo”. El salmista canta: “La noche no es oscura para ti, y tiene luz como el día”. Vivimos horas oscuras, pero el creyente se atreve a atravesar la noche en espera del Amor del alma: “En una noche oscura, con ansias en amores inflamada, oh dichosa aventura, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada” (San Juan de la Cruz).
PROPUESTA
¿Cómo interpretas tu noche?