TEXTO BÍBLICO
“Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» (Jn 20, 11-16).
COMENTARIO
Nos sorprenden las lágrimas, todo el llanto de María Magdalena, reafirmado cuatro veces en el texto con el verbo κλαίω. Y resuenan las lágrimas de Pedro, de la viuda de Naím, las lágrimas de la pecadora, pero también las lágrimas de Jesús sobre Jerusalén y en Betania. Jesus resucitado enjuga nuestras lágrimas. La resurrección de Cristo es el mejor antídoto contra la tristeza. La Pascua consuela el llanto.
IMAGEN – LAS LÁGRIMAS
Se llora por emoción, por tristeza, por alegría, por angustia. Olivier Clêment afirma que no hay ojos más bellos que los que acaban de llorar. A veces se juzga como débiles a los que lloran, como si no tuvieran entereza. Hasta es mal visto el varón que no sabe contener las lágrimas. Jesús lloró tres veces, según los Evangelios. El pintor Rogier van der Weyden pintó al Crucificado con tres lágrimas.
PROPUESTA
Tú, ¿por qué lloras? ¿Qué te emociona o qué te preocupa?