“MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES?”

pies peregrinos monasterio Silos“Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí – que quiere decir, “Maestro” – ¿dónde vives?»” (Jn 1, 35-38)

COMENTARIO

Al final del prólogo, el evangelista narra la vocación de los primeros discípulos de Jesús, Andrés y Juan, que a su vez eran seguidores de Juan el Bautista, quien les señaló a Jesús, a quien debían seguir.

Hemos observado la concurrencia de pasajes que revelan la intencionalidad del evangelista de mantenernos en actitud de búsqueda. Si hay algún texto que avala esta referencia es el de la escena de los dos discípulos que siguen a Jesús. Él les pregunta: “¿Qué buscáis?”. La respuesta es conocida: “Maestro, ¿dónde vives?”

Venid y lo veréis” (Jn 1, 39). En otros Evangelios encontramos las invitaciones: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt 11, 28); “Vamos a un sitio tranquilo a descansar un poco” (Mc 6, 31). No sabemos dónde aconteció el encuentro íntimo de Andrés y de Juan con Jesús. Lo cierto es que aquella experiencia cambió sus vidas y se convirtieron en difusores de Jesús Mesías.

¿Dónde vives, Señor? ¿Dónde encontrarme a solas contigo y experimentar tu mirada, tu llamada, tu fuerza para convertirme en seguidor tuyo? Sin duda, la experiencia transformadora acontece en el propio interior, después de haber silenciado las voces de todo afán especulativo.

PROPUESTA

Busca al Señor dentro de ti.

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