TEXTO BÍBLICO
“Aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua” (Jn 21, 7).
CONSIDERACIÓN
Los ojos del que ama reconocen la voz del amado. El corazón del que cree, presiente la presencia invisible del Resucitado. El que da fe al acompañamiento del Señor, se fía de Él
ORACIÓN
“Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él” (Sal 33, 9).
PROPUESTA
¿Sientes o presientes el don de la Providencia divina?