Mi Nazaret, rincón del alma,

que oculta el corazón muy dentro,

por guardar secreto íntimo,

para que no surja desprecio.

 

Hasta ahí llega, no obstante,

visita del ser angélico,

Para decir con voz discreta,

mensaje de parte del cielo.

 

Se turba el ser, si da crédito

lo que perciben las entrañas.

¿Cómo es posible tal hecho,

si se esconde en dolor el alma?

Puede más el saludo regio

Y aún más puede el don eterno,

que la excusa de la indigencia,

ante lo extraño del suceso.

No cabe duda en la promesa,

hecha con acontecimientos,

historia, que no pensamiento,

Realidad, no solo deseo.

Cuesta aceptar sea posible

historia de amor sin derecho,

Mas, Dios para decir que es Él

recrea con barro del suelo.

No vale resistir la gracia,

Ni es humilde el impedimento.

Más puede el don que la miseria,

el ángel que el reparo interno.

Venid y veréis, si es verdad

Aquel que llama al seguimiento.

Pues Él tiene poder de hacer

Dones santos de nuestros yerros.

                                   Ángel Moreno

AutorMeditación

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