Stop
Un modo privilegiado para renacer es la celebración del sacramento del perdón, y a la vez perdonar a quien te haya ofendido. Por la misericordia se recupera el gozo de saberse amado y perdonado.
No endurezcas el corazón como lo hicieron los israelitas en el desierto, más bien pide que tu corazón sea un corazón de carne, piadoso, donde resida la compasión y la ternura.
Ponte en camino
“Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres: se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan». Mt 9, 14-15
Propuesta
En este tiempo, acércate al sacramento del perdón.