XIII.- Jesús en brazos de su Madre
Hoy es Viernes de Pasión. La Piedad popular venera de manera especial los Dolores de Nuestra Señora. Ella no tuvo reparo en confesar el sentimiento de angustia que la invadió cuando no encontraba a Jesús, a los doce años.
¿Qué sentimientos embargarían a nuestra Señora al pie de la Cruz?
María, teniendo en tus brazos a tu Hijo, seguro que te venían a la mente tantos momentos vividos en Nazaret, y tantas palabras que le escuchaste a tu Hijo.
Recuerdas lo que dijo un día: “Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre» (Jn 10, 35-38).
DE PIE
La piedad popular y el arte cristiano han plasmado de diferentes maneras el momento del abrazo de María a su Hijo muerto, proyectando sobre ella lo que siente nuestro corazón ante un drama semejante; la representan traspasada de dolor, derrumbada, como con auténticos dolores de parto, no obstante a que ella soportó con fe la entrega de Jesucristo. Nos hace bien vernos en María, pero ella nos conforta, dándonos ánimo en la prueba.
En otros casos María aparece como verdadera madre de la Humanidad, como Iglesia esposa, y en un juego de anacronismos se yuxtaponen los planos de la Virgen de Belén y de la Virgen de las Angustias.
PROPUESTA
Reza: “Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo”.