
LECTURAS
(Job 7, 1-4.6-7; “Alaban al Señor, que sana los corazones destrozados”; 1Cor 9, 16-19.22-23; Mc 1, 29-39)
EVANGELIO
CONSIDERACIONES
El texto evangélico nos ofrece la enseñanza de cómo distribuir el tiempo de una jornada según los distintos espacios que se citan: sinagoga, casa, a la puerta, lugar solitario; y según los momentos: a la mañana, durante el día, al atardecer, al alba. Esta referencia se convierte en luz para tiempos de confinamiento.
Observamos que Pedro y Andrés no debieron de estar en la sinagoga ni celebrar el Sabbat. ¿Quizá estaban pescando o cuidando a su suegra? Sin embargo, Jesús se hospeda en su casa.
Jesús da la mano a la suegra de Simón, que estaba enferma, y la cura. Son muchos los textos del Evangelio en los que aparece el Señor extendiendo la mano para curar. En estos tiempos de pandemia, sin ser imprudentes, deberemos estar atentos y cercanos. ¡Que no nos pueda el aislamiento del corazón!
Jesús asiste a la reunión comunitaria; vive en familia; ejerce la misión de curar y de evangelizar; dedica tiempo a la oración íntima y personal, referencia magistral a la hora de programar nuestra jornada o agenda.
Cuando uno es agraciado por el paso del Señor se convierte en discípulo, en servidor, como le ocurrió a suegra de Pedro.
Jesús nos enseña a saber hacer el bien y a no detenernos en la complacencia del bien hecho, a actuar con generosidad y gratuidad.
El Maestro es itinerante, a la vez que sabe detenerse ante los problemas y situaciones personales.