LAS SAGRADAS ESCRITURAS
“Les daré corazón para conocerme, pues yo soy el Señor” (Jr 24,7). Quiera el Señor concederte prudencia y entendimiento. ¡Sé fuerte y ten buen ánimo! ¡No temas ni desmayes! (1Cro 22, 12-13)
Santa Teresa: “Así que aquí, como he dicho, obra el amor y la fe y no se quiere aprovechar el alma de lo que la enseña el entendimiento, porque esta unión que entre el Esposo y Esposa hay, la ha enseñado otras cosas que él no alcanza y tráele debajo de los pies (CAD 3, 3).
CONSIDERACIÓN
Por el don de Entendimiento se saborea el sentido más pleno de la Palabra de Dios; es el don de comprender y guardar la Palabra. Significa “leer dentro”, penetrar, comprender a fondo. Mediante este don, el Espíritu Santo, “que escruta las profundidades de Dios” (1 Co 2, 10), “comunica al creyente una chispa de esa capacidad penetrante que le abre el corazón a la gozosa percepción del designio amoroso de Dios” (San Juan Pablo II). No se trata de un afán dominativo por comprender exhaustivamente todo, sino de comprender la Revelación y desde ella el sentido de la vida y el destino propio.
ORACIÓN
Ven, Espíritu Santo, y déjame conocer, saborear, entender las Escrituras, para seguir el querer de Dios.
PROPUESTA
¿Te acercas a la Biblia con afán posesivo o receptivo?