regalo jubilar

regalo jubilarPor motivo de dirigir una jornada de retiro espiritual a las RR. del Amor de Dios, que permanecen en Alemania, ellas me han obsequiado, invitándome a visitar uno de los lugares que han marcado mi historia personal, y también la historia de Buenafuente.

En 1982, dirigí los Ejercicios Espirituales a las Hnas. del Amor de Dios en la ciudad de Olpe Biguese, en la Mutterhaus de las Franziskanerinnen von der Ewigen Anbetung. En aquella ocasión, uno de los días de intensa nevada, me introduje en el bosque. Mi sorpresa aconteció cuando descubrí una pequeña capilla en honor de la Virgen, que, a pesar de ser un día tan frío, sin embargo, alguien había visitado el lugar y llevado hasta allí flores frescas y había encendido lamparillas. Esta experiencia me movió, al volver a Buenafuente, a limpiar junto con otros voluntarios, las ruinas de la ermita dedicada a Nuestra Señora de los Santos, dejando colocado un icono de la Virgen de Taizé.

En 1987, volví a Olpe, con la misma misión. Recordaba muy vivamente el impacto recibido en 1982, y me prometí no volver a España, sin visitar la capilla. La Providencia quiso que fuera el 25 de marzo el día de mi retorno, para venerar a Nuestra Señora. Nada más llegar a contemplar el mosaico, que representa la advocación de la Virgen del Perpetuo Socorro, sentí de manera imperativa un deseo de Ella, que me decía: “Restaura mi ermita”. Yo le respondía con excusas, por las dificultades y problemas, que me supondrían ese deseo. Pero, al final, ante la fuerte insistencia, le prometí llevar a cabo la restauración de la ermita. Obra que se realizó en el verano de 1987 con la ayuda de muchos amigos.

En 1988, el 25 de marzo, bajábamos, por primera vez los Amigos de Buenafuente, era Sábado Santo, en peregrinación a la ermita, ya restaurada. El 3 de agosto, de se mismo año, el Sr. Obispo D. Jesús Pla la bendecía. En aquellos mismos días, yo tenía como proyecto la formación de una comunidad de presbíteros, que fuera apoyo y compañía en la tarea pastoral de Buenafuente, y pueblos del entorno, pero no faltaban dificultades. Y lo mismo que sentí en Alemania, cuando escuché interiormente: “Restaura mi ermita”. Una vez acabada la obra, percibí, de parte de la Virgen, una promesa: “Ahora me toca a mí”. Y muy pronto, aquello que parecía imposible se realizó con la ayuda de D. Jesús Pla, y dura hasta hoy.

El 18 de diciembre de 1990, D. Jesús aprobó los Estatutos de la Comunidad de Presbíteros, y el 25 de marzo de 1991 firmó el decreto, por que se restauraba la Parroquia de Buenafuente, con el título de Santa María de Buenafuente. No dudo de que en esta historia han sucedido gracias especiales, que reivindico como favor de Nuestra Señora.

Pero lo que no imaginaba era el regalo de volver a venerar el lugar de la capilla, el día 13 de febrero de este año de 2019. Las Hnas. del Amor de Dios, acompañadas por la superiora de las monjas alemanas, me han llevado a aquel lugar bendito. Aunque el bosque fue arrasado por un huracán, la capilla ha sido rehecha, y permanece intacto el mismo mosaico, que representa a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Al llegar, y al encontrarme con la misma mirada de la Virgen he percibo su complicidad en los acontecimientos de Buenafuente. Y al celebrar mis cincuenta años de sacerdote y de capellán del Sistal, interpreto en todo esto, agradecido, un regalo jubilar. Por ello, te invito a sumarte a mi Magnificat.

AutorMeditación

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