TEXTO EVANGÉLICO
COMENTARIO
Actuemos en la presencia de Dios, no para ser visto por los hombres. Dios penetra las entrañas y el corazón, nada se le oculta; y lo hace no como alguien indiscreto, sino como quien valora nuestra ofrenda.
IMAGEN: EL ORANTE
Los lugares desiertos, los claustros monásticos y la celda del corazón se convierten en los espacios privilegiados para mantener la relación con Dios, que ve en lo secreto. Es un gran gesto de generosidad orar por todos, solos ante Dios.
LA ORACIÓN
Orar es respirar la fe. Es saberse en relación con Dios. Es entrar en su presencia, vivir sabiéndose abrazado a la vez que habitado. “Nunca somos totalmente «alguien» hasta que somos en relación”, afirma Vicent Pizzuto. Y no hay mayor ni mejor relación que tratar con Dios.
PROPUESTA CUARESMAL
Tríptico: limosna, oración, ayuno.