EVANGELIO
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos»” (Mc 12,28-31).
SANTOS PADRES
“«Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen». ¿Se puede, en efecto, pronunciar o pensar una oración más sincera que ésta, por la cual intercede por los mismos que lo atormentan? De ahí deriva el hecho de que la sangre de nuestro Redentor, derramada por la furia de sus perseguidores, se convirtiera luego en fuente de vida para los creyentes, los cuales lo proclamarían Hijo de Dios” (San Gregorio Magno).
CONSIDERACIONES
El amor a Dios y al prójimo están equiparados con el mismo verbo, el que significa el amor más noble. Y si cabe aún un modo de amar mayor es el de perdonar y amar a los propios enemigos, como hace Jesús.
Sin embargo, “el cristianismo se juega su futuro, no en la altura ética de su mensaje, sino en la verdad de Jesucristo, en la certeza de su resurrección” (Manuel Tendero).
Amar y perdonar a los demás, sobre todo a los que nos hacen mal, si no se cree en la vida futura, puede interpretarse como una exigencia injusta.
PROPUESTA
¿Amas a Dios y al prójimo, hasta el extremo de amar y perdonar a los que te hacen mal?