PROFECÍA
“Entonces purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos lo sirvan a una. Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor” (Sof 3, 9.12).
ICONO: LOS HUMILDES
Los pastores, los ancianos, los extranjeros serán los testigos del nacimiento del Mesías. Y María canta: “Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes” (Lc 1, 51-52).
PROFECÍA CUMPLIDA
“En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños” (Lc 10, 21).
CONSIDERACIÓN
El misterio de la Navidad nos invita a la minoridad y a la sencillez, al contemplar en un Niño la revelación de Dios. Resuenan las palabras de Jesús: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18, 3). Hoy es san Juan de la Cruz, y resuena su cántico: La blanca palomica al arca con el ramo se ha tornado; y ya la tortolica al socio deseado en las riberas verdes ha hallado” (Cantico 34).
ADVIENTO REAL
“A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados” (Sal 24, 1-3).
ACTITUD RECOMENDADA
La humildad es la puerta por la que entrar en el camino espiritual. Donde no hay humildad no hay verdad.
PROPUESTA
¿Cómo te dispones a celebrar la Navidad?