TEXTO BÍBLICO
“Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros” (Lc 6, 36-38).
COMENTARIO
Cuando nos fijamos en nuestras diferencias respecto a otras personas y en su posible comportamiento distinto, cabe que surja el pensamiento crítico, mas, si en el otro nos vemos a nosotros mismos, seguro que surgen reacciones comprensivas. El cristiano no solo debe verse en cualquier semejante, sino que en el prójimo debe descubrir la presencia de Cristo. Así nacerá del corazón la actitud que recomienda Jesús.
IMAGEN: LA GENEROSIDAD
Si la medida con la que nos damos será con la que seremos tratados, podríamos vivir como quien acrecienta sus ahorros invirtiendo en hacer favores. Pero el ejemplo de entrega no es el de acumular títulos nobles por actos piadosos o de caridad que hemos realizado, sino darnos a nosotros mismos como Jesús, que se entregó por entero. Es diferente dar a darse. Y es distinto sumar acciones buenas que saberse desbordado de amor.
LA LIMOSNA
En Cuaresma se nos invita a orar, a ayunar, y a dar limosna, y quien da tacañamente, tacañamente recibirá. Si nos comprendiéramos formando todos el mismo Cuerpo de Cristo, no interpretaríamos la solidaridad como un acto de generosidad, sino de amor, pues nadie desprecia su propio cuerpo.
PROPUESTA
¿Das o te das? ¿Das al otro como a un prójimo, a al otro como a Cristo?