
TEXTO BÍBLICO
“Si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 46-48).
COMENTARIO
Me ha dado luz el pensamiento que acabo de leer en “Contemplar a Cristo”: “No confundamos ser perfectos con ser dignos. Ser perfecto es ser el yo más auténtico que puedo ser; no para poder amar, sino para que Cristo pueda amar a través de mí” (Vincent Pizzuto). La Cuaresma es tiempo propicio para ser más auténticos.
IMAGEN: LA VERDAD
La autenticidad, lo verdadero y lo noble nos lleva a quien dijo de Sí: “Yo soy la verdad”. Y cuando uno entra dentro de sí mismo, cabe que encuentre encubrimientos, mentiras, apariencias, falsedades, que necesitan la misericordia para poder ser mediación de misericordia. Santa Teresa de Jesús afirma en frase lapidaria: “La verdad es humildad”.
LA PURIFICACIÓN
La purificación no consiste en lavarse las manos, sino en superar las tendencias contrarias al yo auténtico. La dignidad la recibimos de Dios, y nos exige tratar a todos con dignidad. No hay posibilidad de autenticidad sin verdad, sin humildad y sin autenticidad.
PROPUESTA
¿Te sientes aludido en las preguntas de Jesús?