EL PRECEPTO DEL SÁBADO

Cuarto Evangelio 16“Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla». Él les contestó: «El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”». Ellos le preguntaron: «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?». Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado” (Jn 5, 9-16).

      COMENTARIO

Jesús es perseguido por las autoridades religiosas porque quebranta el sábado. Decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado» (Jn 9, 16). Jesús no ha venido a destruir la ley de Moisés, sino a darle plenitud, y Él mismo afirmará: “Si un hombre recibe la circuncisión en sábado para que no se quebrante la ley de Moisés, ¿por qué os enojáis contra mí porque he curado en sábado a un hombre enteramente? (Jn 7, 23) Con esta conducta va a demostrar que Él es Señor del Sábado y que el valor del ser humano está por encima de una interpretación literalista de la ley.

No parece que sea preciso llevar la camilla, cuando uno ha sido curado. La reacción lógica sería abandonar el signo de postración. En esto podemos entender la recomendación de Jesús de que no olvidemos de dónde se nos ha levantado.

 A través de todo el Evangelio, se demuestra la identidad de Jesús y que como Él le dijo a Nicodemo, “Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (Jn 3, 17). También afirma según otros relatos: “¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo” (Mt 12, 5-6). “Aquí hay uno que es más que Jonás” (Mt 12, 41). “Aquí hay uno que es más que Salomón” (Mt 12, 42).

PROPUESTA

¿Andas levantado y a la vez humilde?

 

 

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