
TEXTO BÍBLICO
“Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse” (Act 2, 1-4).
COMENTARIO
¡Ven, Espíritu Santo!
Espíritu Consolador, Abogado defensor y Paráclito del alma.
Ven, amigo que habitas en lo más íntimo de cada persona.
Gracias a ti somos colmados de dones:
“Espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Lo inspirará el temor del Señor” (Isa 11, 2-3)
EL TEMOR DE DIOS
“El séptimo don es el temor de Dios; temor de Dios no indica miedo, sino sentir hacia él un profundo respeto, el respeto de la voluntad de Dios que es el verdadero designio de mi vida y es el camino a través del cual la vida personal y comunitaria puede ser buena. Este temor de Dios es deseo de hacer el bien, de vivir en la verdad, de cumplir la voluntad de Dios.” (Benedicto XVI, Visita Pastoral a Milán, 2 de junio, 2012). “El temor de Dios es el don del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios. Esto es el temor de Dios: el abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho” (Francisco, Audiencia, 11 de junio, 2014).
ORACIÓN
“Dios de gracia y de sanidad, derrama sobre nosotros en este día tu Santo Espíritu, así como lo derramaste sobre tus discípulos en el día de pentecostés, para que nuestras oraciones y acciones sean testigos de tu presencia entre nosotros. Queremos ser uno, Señor, para que el mundo crea que somos tuyos.”