Año de oración

Ano preparacion JubileoSilencio“Oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa” (Gén 3, 8). “Después del fuego el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva. Le llegó una voz que le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?».” (1Re 19, 12-13).

COMENTARIO

La presencia del Señor se deja sentir en medio del desierto, en soledad y en silencio. “Allí estaba, de pie; no reconocí su figura, pero vi su imagen ante mí. Tras el silencio escuché una voz” (Job 4, 16)

La marcha al desierto puede parecer huida, el espacio solitario, refugio, y el silencio, falta de imaginación. Sin embargo, “el silencio no es ausencia de ruido, sino de ego.” (Carlos del Valle). Los maestros espirituales inician en la escuela del silencio. “Así en este templo de Dios, en esta morada suya, sólo Él y el alma se gozan con grandísimo silencio” (Santa Teresa, M VII, 3, 11).

Dicen que no hay música sin silencio. También se puede afirmar que no hay adoración sin silencio. Con esta actitud se desea entrar en comunión con todos los seres del cielo y de la tierra que reconocen a su Señor y Dios. “¡Silencio ante Él toda la tierra!” (Hab 2, 20).

PROPUESTA

“Es bueno esperar en silencio | la salvación del Señor” (Lam 3, 26)

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