TEXTO BÍBLICO
“En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre.” (Act 13, 1-4)
COMENTARIO
Cuando uno piensa en Antioquía de Siria, ciudad donde por primera vez los discípulos de Jesús se llamaron cristianos (Act 11, 26), Iglesia visitada por los apóstoles: Pedro, Pablo, Juan, Bernabé, estremece al comprobar que actualmente apenas queda presencia cristiana.
Ante la quiebra creyente de la sociedad occidental, es necesario, más que nunca, el recuerdo de las palabras de Jesús resucitado: “¿Por qué os alarmáis?, ¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?” (Lc 24, 38) “No tengáis miedo, soy yo” (Mc 16, 6). “Tú piensas como los hombres, no como Dios” (Mt 17, 23).
El cristiano está aliado con la esperanza confiada, y sabe reinterpretar todo acontecimiento a la luz de la Palabra, como dice el texto revelado: “La palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba” (Act 12, 24). Es tiempo de Pascua, tiempo de alegría. Al que mataron, Dios lo resucitó de entre los muertos.
PROPUESTA
¿Te sientes desanimado o confiado?