TEXTO BÍBLICO

“Una vez, yendo camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?»

COMENTARIO

No era frecuente que Jesús bajara de Galilea a Jerusalén atravesando Samaría. Es más fácil hacerlo por la ribera oriental del Jordán. Este viaje nos demuestra que Jesús ha venido a dar la Buena Noticia a todos. El texto revela, además, que quienes creen tener derechos son desagradecidos, mientras que el samaritano reconoce que ha recibido el don de la salud. Este episodio nos deja intuir la sensibilidad de Jesús, quien siente, como nosotros también lo sentimos, el agradecimiento. El papa Francisco aconseja, para mantener las relaciones saber pedir las cosas por favor, agradecer el bien recibido, y si es necesario, pedir perdón.

LA ADORACIÓN

XXVIII Domingo Tiempo OrdinarioEl samaritano, rostro en tierra, se postró ante Jesús, agradecido. Adorar no es un gesto de esclavo ni de sometimiento servil. Es el amor el que impulsa a rendirse ante el otro sin sentir humillación, y hacerlo ante Dios es la respuesta creyente más adecuada y liberadora. Recordemos que el término latino “Ad oratio” significa beso, gesto íntimo de amor. Actualmente, sorprende la atracción que sienten los jóvenes ante la Eucaristía.

PROPUESTA

¿Eres agradecido con quien te ayuda y con Dios?

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