EVANGELIO
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres (Jn 8, 31-32.34-36).
SANTOS PADRES
“El mayor don que Dios podía conceder a los hombres es hacer que su Palabra, por quien creó todas las cosas, fuera la cabeza de ellos, y unirlos a ella como miembros suyos, de manera que el Hijo de Dios fuera también hijo de los hombres, un solo Dios con el Padre, un solo hombre con los hombres; y así, cuando hablamos con Dios en la oración, el Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ora por nosotros, ora en nosotros, y al mismo tiempo es a él a quien dirigimos nuestra oración. Ora por nosotros, como sacerdote nuestro; ora en nosotros, como cabeza nuestra; recibe nuestra oración, como nuestro Dios” (San Agustín).
CONSIDERACIONES
Nuestra confianza se funda en la elección libre, voluntaria y amorosa que ha tenido Dios de hacerse uno de los nuestros en su Hijo Jesús.
Nos supera el Misterio de la Encarnación, y en vísperas de celebrarlo, como nos invita el profeta Daniel, bendecimos y glorificamos al Señor, Dios y compañero nuestro.
Este tiempo, en el que sufrimos tanta manipulación de la realidad, resalta la enseñanza del Maestro: “La verdad os hará libres”. Jesús es la Verdad y la Vida.
PROPUESTA
¿Confías en la oración de Jesús, en su opción por ti? ¿Te descubres sincero?