EVANGELIO
“Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.” (Mt 5, 23-24)
SANTO PADRES
“¿Quién, al oír aquellas palabras llenas de dulzura, de amor, de inmutable serenidad: «Padre, perdónalos», no se decide al momento a amar de corazón a sus enemigos? Padre -dice-, perdónalos. ¿Puede haber una oración que exprese mayor mansedumbre y amor? Hizo más aún: le pareció poco orar; quiso también excusar. «Padre -dijo-, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Su pecado ciertamente es muy grande, pero su conocimiento de causa muy pequeño; por eso, Padre, perdónalos” (Beato Elredo).
CONSIDERACIONES
La oración auténtica reclama el perdón. No se puede uno acercar al altar con violencia interior.
Jesús nos enseña a perdonar. El profeta Ezequiel revela las entrañas de misericordia de Dios: “¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y viva?” (Ez 18, 23)
La Cuaresma es tiempo propicio para reconciliarse con Dios y con los hermanos. Cuando uno siente el perdón, se mueve a perdonar.
PROPUESTA
¿Tienes algún sentimiento contrario al perdón? ¿Guardas enemistad con alguien?