“La paloma vino al atardecer, y he aquí que traía en el pico un ramo verde de olivo, por donde conoció Noé que habían disminuido las aguas de encima de la tierra” (Gen 8, 11).
EL OLIVO
Si hay un árbol que nos llena de esperanza es el olivo: por su fruto y su verdor, por ser de hoja perenne y por su longevidad. Tanto la mención al fruto como a su derivado, el aceite, recorre la Biblia. La rama de olivo se ha convertido en señal de paz, y el aceite trae a la memoria la unción sagrada de reyes, sacerdotes y profetas. El olivar es el soto que llama a la oración, y la lámpara encendida, la actitud que nos mantiene es expectación de la venida del Señor.
COMENTARIO
Hay un cántico que une el Adviento con el Misterio Pascual que tiene por nexo el olivar: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”, cántico que evoca la procesión del domingo de ramos, y a su vez el anuncio de Juan el Bautista de la venida del Mesías. Es tiempo de esperanza, de expectación, de mantenernos orantes, atentos, para descubrir el paso del Señor, que nos visita en cada acontecimiento, al hilo del vivir cotidiano, con tal que lo percibamos.
PROPUESTA
¿Te mantienes en vela?