TEXTO EVANGÉLICO
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. (Mt 26, 17-19)
COMENTARIO
Siguiendo la tradición judía, Jesús con los suyos se dispone a celebrar la Pascua, y desea hacerlo en la casa del amigo. Esta circunstancia local reclama comunión, pertenencia. La casa será referencia al cenáculo, a la comunidad de fe, a la Iglesia. La Pascua no cabe celebrarla solos.
IMAGEN – EL CENÁCULO
Ante el deseo de Jesús de celebrar la Pascua en familia, con sus discípulos, cabe personalizar sus palabras: “Hoy quiero cenar en tu casa”. Y convertirse en el recinto sagrado donde escuchar la entrega total de Jesús: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”. De esta cena nace la Iglesia, y se nos ofrece la pertenencia más íntima a Jesús, al formar un solo cuerpo con Él.
PRESENCIA DE CRISTO
En el pan santo se esconde la presencia real de Cristo; en el corazón del ser humano habita Cristo; en la casa común, en la Comunidad-Iglesia, permanece Cristo; en el prójimo, de manera especial en el más pobre, podemos tratar con Cristo. Cristo ha escogido el pan cotidiano como sacramento de su presencia en nuestra vida diaria, tanto doméstica como social.
PROPUESTA
¿Le dejarás a Jesús celebrar en ti su Pascua?