(Joel 2,12-18; Sal 50; 2Cor 5,20-6,2; Mt 6,1-6.16-18)
TIEMPO DE LIMOSNA
“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial” (Mt 6,1). “Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios” (2Cor 6,1).
LA LIMOSNA PERDONA LOS PECADOS
La Cuaresma es tiempo de solidaridad. Compartir los bienes es una actitud que los primeros cristianos tuvieron como distintivo. “Los creyentes vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno” (Act 2,44-45). San Pablo narra, cuando se encontró con alguno de los apóstoles, que estos le pidieron que no se olvidara de los pobres. “Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado cumplir” (Gal 2,9-10). Se hace consigna la recomendación: “Cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,6-7).
LA GENEROSIDAD DE JESÚS
“Conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza” (2Cor 8,9). “En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna” (Mc 10,29-30).
PROPUESTA
“Cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mt 6,2-4).