TEXTO BÍBLICO
“Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación, y me ha envuelto con un manto de justicia, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos” (Isa 61, 10-11).
COMENTARIO
María, la llenada de gracia, exenta de pecado desde antes de nacer, alumbrada a este mundo en el seno de la familia de san Joaquín y santa Ana, creció de forma sencilla y anónima. Nada se sabe de su infancia. Se venera su nacimiento en la iglesia de Santa Ana, en Jerusalén, junto a la Puerta de San Esteba y de la piscina probática. Una tradición, que se mantiene desde los primeros siglos del cristianismo, conmemora la presentación de la niña María en el templo para consagrarse personalmente. El primer dato que nos consta es el pasaje de la anunciación. El evangelista san Lucas describe el momento sagrado en que el arcángel Gabriel saluda a la Nazarena y le comunica la voluntad de Dios de hacerla madre de su Hijo.
JARDÍN DE DIOS
La profecía de Isaías, que se ha aplicado a la Virgen, describe la imagen de quien es escogida por Dios, y la reviste como novia que se adorna para su esposo, como jardín del que brotan las semillas. Esta evocación del jardín recuerda la creación primera, donde Dios puso al hombre. y también la Encarnación y restauración de todo lo creado, cuando el ángel le comunica a la joven María que Dios la ha escogido para que sea su jardín, donde tome la naturaleza humana su propio Hijo. Hoy celebramos la cuenta atrás del momento supremo en el que Dios se hace carne en Jesús, el Hijo de María, momento en el que ella se convierte en Madre de Dios.
PROPUESTA
¿Veneras a la Virgen, te encomiendas a ella?