TEXTO BÍBLICO
“¡Mi amado! Vedlo, aquí llega, saltando por los montes, brincando por las colinas. Es mi amado un gamo, parece un cervatillo” (Cant 2, 8-10).
VENTANA: EL AMOR
Si observamos a quienes reaccionan con prontitud, descubrimos que son aquellos a los que les mueve el amor. Hoy, los textos aluden a personas enamoradas que reaccionan con presteza. La amada del Cantar de los Cantares describe al amor de su alma, que viene saltando por los montes: “¡Un rumor…! ¡Mi amado! Vedlo, aquí llega, saltando por los montes, brincando por las colinas. Es mi amado un gamo, parece un cervatillo. Vedlo parado tras la cerca, mirando por la ventana, atisbando por la celosía. Habla mi amado y me dice: «Levántate, amada mía, hermosa mía y vente» (Cant 2, 8-10). Imagen mística que se aplica a la relación de Dios con su pueblo.
Al contemplar la reacción de María, la llenada de gracia, la amada de Dios – “María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá” (Lc 1, 39-41)- es fácil encontrar la concurrencia con el pasaje del Cantar de los Cantares y considerar la razón de la prisa de quien se ha sentido desbordada de amor.
El papa Francisco ha llamado a María “Virgen de la prontitud”, “Nuestra Señora apresurada”. Y esa prontitud y presteza no se debe a un nerviosismo o a un descontrol, sino a la fuerza del amor. Así se constata en los evangelios, cuando se describe al discípulo amado, corriendo más que Simón Pedro hacia el sepulcro, en la mañana de Pascua.
PROPUESTA
Considera: ¿descubres en tus reacciones pasividad o presteza?