
TEXTOS BÍBLICOS
“Porque yo, el Señor, tu Dios, te tomo por tu diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio». No temas, gusanillo de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio” (Isa 41, 13-14).
VENTANA: LA CONFIANZA
A medida que se van meditando los textos bíblicos que propone la Liturgia para este tiempo de Adviento, se afianza la actitud confiada, porque Dios lleva a cabo su promesa. Él toma nuestra naturaleza y se hace compañero.
Si por el pecado de Adán el jardín se convirtió en erial al adueñarse de él las zarzas, los abrojos y los cardos, por el acontecimiento de la Encarnación, todo será renovado: “Transformaré el desierto en marisma y el yermo en fuentes de agua. Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y alerces, para que vean y sepan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado (Isa 41, 18-20).
La Palabra de Dios nos invita a la confianza, su mensaje no es artificial, ni sus promesas se las lleva el viento. Quien da fe a la Palabra comprueba la verdad de lo que en ella se afirma. “En un momento de complicaciones, ella (santa Teresita) puede ayudarnos a redescubrir la sencillez, la primacía absoluta del amor, la confianza y el abandono, superando una lógica legalista o eticista que llena la vida cristiana de observancias o preceptos y congela la alegría del Evangelio” (Francisco, “Esta es la confianza”, 52).
PROPUESTA
¿Confías?